Hábitos y proyecto de vida en adolescentes

Por: Oscar Javier Arciniegas Garzón

Estuve buscando de manera general investigaciones sobre la relación de hábitos directamente con proyecto de vida en varias bases de datos accesibles, sin embargo, los resultados se dieron de manera específica, es decir, hábitos deportivos, hábitos escolares, hábitos de lectura, hábitos de estudio, hábitos saludables, etc.  

La palabra que más se repitió fue hábitos saludables relacionado con los estilos de vida saludables, según La Organización Mundial de la Salud define los estilos de vida saludables como una «Forma general de vida basada en la interacción entre las condiciones de vida en un sentido amplio y los patrones individuales de conducta determinados por factores socioculturales y características personales».

De acuerdo a los anterior para la organización mundial de la salud, los estilos de vida se fundamentan en los comportamientos o conductas de los seres humanos que se dan en la cotidianidad y que hacen parte de un reportorio actitudinal de las personas en un contexto determinado. Esos comportamientos paraque sean saludables deben estar enfocados a generar o aportar a un bienestar en el individuo. 

Es aquí donde entran dos conceptos fundamentales, salud y bienestar, los cuales están incluidos en los objetivos de Desarrollo Sostenibles mencionados por la Organización de las Naciones Unidas para el año 2030 y hacen parte de tratados internacionales que se deben trabajar desde las políticas públicas de los países miembros, lo que destaca la importancia para las personas estos aspectos y allí está incluido Colombia.     

Según la Organización Mundial de la salud – OMS, la salud y el bienestar están ligados. La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Claramente el bienestar al que hace alusión la OMS es aun conjunto de aspectos necesarios para vivir bien y para ello están las dimensiones física, mental y social. 

Es aquí donde entro a relacionar las dimensiones físicas, mental y social con el proyecto de vida dado que, es necesario para un proyecto de vida un individuo (físico) con sentido de existencia que direccione sus acciones a través de reflexiones como consecuencia de procesos de interacción consigo mismo (mental) y los demás (social).

El proyecto de vida -entendido desde la perspectiva psicológica y social- integra las direcciones y modos de acción fundamentales de la persona en el amplio contexto de su determinación por las relaciones entre la sociedad y el individuo. Es una estructura psicológica que expresa las direcciones esenciales de la persona, en el contexto social de relaciones materiales y espirituales de existencia que determinan una sociedad concreta.

En ese sentido, las direcciones y modos de acción de la persona a partir de las relaciones entre la sociedad y el individuo son esencialmente los pilares del proyecto de vida y para eso la etapa de la adolescencia es trascendental para su establecimiento, fortalecimiento, mejoramiento, redireccionamiento si es necesario. 

La adolescencia es una etapa entre la niñez y la edad adulta, que cronológicamente se inicia por los cambios puberales y que se caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales, muchas de ellas generadoras de crisis, conflictos y contradicciones, pero esencialmente positivos. No es solamente un período de adaptación a los cambios corporales, sino una fase de grandes determinaciones hacia una mayor independencia psicológica y social.

Es aquí donde los hábitos juegan un papel fundamental que contribuyen a la mitigación de las crisis naturales de esta etapa, ayudan a la resolución de conflictos con sus familiares y grupo de pares. Además, contribuye a la construcción de la identidad a partir de las interacciones con el mundo y eso es determinante para proyectarse en la vida. 

A continuación, enumero (5) relaciones prácticas entre hábitos y proyecto de vida en adolescentes que se deben tener en cuenta para un adecuado tránsito en esta etapa de la vida y de la cual las familias pueden apoyarse para incorporarla al estilo de crianza con sus hijos. 

  • 1. Hábitos de Estudio y Proyecto de Vida Académico: desde nuestros abuelos decían que un elemento importante es el estudio para salir adelante y de cierta manera las investigaciones demuestran o mejor, respaldan ese comentario. La movilidad social aumenta su probabilidad si una persona estudia, sin embargo, para realizarlo requiere desarrollar buenos hábitos y para ello requiere un horario regular para la realizar las tareas, estudiar si distracciones como las pantallas u otras de tipo externo que impiden la concentración. Realmente implementar hábitos en este aspecto contribuye a unos buenos resultados académicos y fomenta una actitud favorable hacia el aprendizaje.  

    De esta manera, cuando un adolescente como resultado de sus buenos hábitos tiene un buen rendimiento académico abre puertas a oportunidades educativas y profesionales futuras, abonando al camino en la adquisición de metas y aspiraciones.

  • 2. Hábitos de Salud Física y Proyecto de Vida Saludable: Es indudable que una alimentación balanceada como se menciona por diferentes medios de comunicación en todo momento es necesario para un adolescente en su proyecto de vida, dado que, sin una vida saludable el vivir se complica y retomo refranes populares de nuestra sociedad “Come poco y cena temprano y llegarás a anciano” u otra muy famosa desayuna como rey, almuerza como príncipe y come como mendigo”. Cada una de ellas tiene de fondo un sentido y no se debe tomar literal, si no el mensaje que nos quiere decir enfocado al establecimiento de una buena conducta alimentaria donde los hábitos son nuestros aliados o nuestros enemigos.

    Por otro lado, para una buena salud física es necesario hacer ejercicio frecuentemente y ahí me hace recordar bastantes personas lo que dicen en mes de diciembre –el otro año empiezo hacer ahora sí ejercicio” y pasa los meses y nunca iniciaron o desisten a los primeros meses del año generando una vez más frustración.  

    Finalmente, está lo relacionado con la higiene personal, donde algunos adolescentes se les dificulta acciones básicas cotidianas como bañarse, aplicarse desodorante, cepillarse los dientes, entre otras, generando dificultades con los padres de familia en incluso con el grupo de pares en la escuela.    

    De esta manera, cuando un adolescente como resultado de sus buenos hábitos tiene una alimentación balanceada, posee un ciclo de sueño adecuado, y practica una actividad física regularmente le permite a participar plenamente en actividades familiares, sociales, escolares y extracurriculares, aumentando su bienestar y capacidad para perseguir sus objetivos aportando a las metas a corto, mediano y largo plazo. 

  • 3. Hábitos de Comunicación y Proyecto de Vida Social: somos seres humanos sociales por naturaleza y la comunicación se convierte en un aspecto importante para fortalecer la relación con otros. En la época de los abuelos en palabras de ellos era “costumbre” saludar, despedirse, dar las gracias y decir por favor como expresiones básicas de urbanidad cuando llegaba alguien a la casa, sin embargo, a través de los años los adolescentes vienen perdiendo esas palabras “mágicas” en lenguaje de las profesoras de preescolar y otras habilidades sociales a través de los años.  Por lo tanto, fomentar habilidades de comunicación efectiva, como escuchar activamente y expresar pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa, fortalece las relaciones interpersonales.

    De esta manera, cuando un adolescente como resultado de sus buenos hábitos mejora las habilidades de comunicación facilitando la construcción de relaciones saludables y de apoyo, tanto en el entorno familiar como en el social, lo cual es esencial para el desarrollo personal, profesional u ocupacional. 

  • 4. Hábitos de Responsabilidad y Proyecto de Vida Personal: Cuando se llega a la adolescencia, los hijos van disminuyendo la práctica de las responsabilidades en el hogar y se convierte en una situación de conflicto en el hogar. Por lo tanto, asumir las responsabilidades en el hogar, cumplir con las tareas escolares y gestionar el tiempo de manera eficiente son hábitos que fomentan la responsabilidad y la organización. Algunos adolescentes No reconocen la importancia de adoptar estas conductas diarias para su proyecto de vida y terminan mencionando palabras como eso de ayudar en la casa para qué sirve, la cama para qué la tiendo si por la noche se va a destender, entre otras, y resultan en enfrentamientos con su padres o cuidadores. 

    De esta manera, cuando un adolescente como resultado de sus buenos hábitos adquiere la responsabilidad y la organización tiene habilidades clave para la vida adulta, permitiendo a los adolescentes manejar sus compromisos y tomar decisiones informadas para alcanzar sus metas personales, profesionales u ocupacionales. 

  • 5. Hábitos de Autoestima y Proyecto de Vida Emocional: uno de los desafíos en la adolescencia es fortalecer la autoestima y los buenos hábitos son unos aliados indudablemente para lograr el objetivo. Por lo tanto, desarrollar una imagen positiva de uno mismo, practicar la autoaceptación y buscar apoyo emocional cuando sea necesario son hábitos que fortalecen la autoestima.

    De esta manera, cuando un adolescente como resultado de sus buenos hábitos fomenta la autoestima permite enfrentar desafíos con confianza, establecer metas realistas y mantener una actitud positiva hacia su futuro, lo cual es crucial para un proyecto de vida exitoso.

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